Dicen que Manuel Rodríguez se introducía por los cajones de la cordillera y aparecía, en Mendoza, en alguna ciudad de la zona central o frente a Santiago por las Condes, donde se refugiaba en el convento de los Dominicos, existente hasta el día de hoy.-Indudablemente que el patriota anduvo su vida por entre los riscos y senderos de lo que hoy conocemos como el parque Santuario de la Naturaleza de El Arrayán.
En estas fotos el Brim-Bram se aventura por un sendero que siguiendo por el costado del río de ese nombre se adentra en la cordillera. Zona guasa y de arrieros, donde existe una gran media luna a la que curiosamente no se puede acceder sino de infantería o bien montado a caballo y naturalmente en bicicleta de montaña (yegua linda, de vivos colores, flaca, fiel y cariñosa, que no come ni bebe, pero que si exige mantención, ¡¡¡ no lo sabremos nosotros!!!).-
El día que anduvimos por esos recónditos lugares (Abril de 1994), al parecer había una fiesta campesina porque cuando ya regresábamos, como puede verse en las fotos, nos cruzamos con gente de a pie y de a caballo, los que iban provistos de múltiples vituallas para el ágape, también llevaban profusa cantidad de líquido tinto y también del otro, para aplacar la sed que por esas latitudes ataca con furia (por lo seco del aire digo yo).-
Importante es hacer notar que en estas fotos aparece un nuevo consocio, el Caco, quien se suma a este selecto y heterogéneo grupo humano aportando lo suyo (innegable sentido del humor, orden y creatividad, pero sobre todo, enriqueciendo el debate). Como no agradecerle al Caco la enorme cantidad de oportunidades en que generosamente se puso con el transporte y su hábil conducción para el Brim-Bram.
Pancho.-
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